LA PREGUNTA DEBERÍA SER OTRA

LA PREGUNTA DEBERÍA SER OTRA





PAOLA ANDREA PENAGOS RODRIGUEZ
ALEJANDRA RODRÍGUEZ OCHOA
ODALINDA OCHOA BARÓN
DIEGO MORENO GARCÍA
MIGUEL ANGEL ROJAS PRIETO



Profesor:

CARLOS ARTURO MESA








UNIVERSIDAD PEDAGÓGOCA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
ESCUELA DE IDIOMAS
LENGUAS EXTRANJERAS
BOYACÁ
TUNJA
201O




LA PREGUNTA DEBERÍA SER OTRA


La curiosidad, quizá congénita, del ser humano le ha permitido hacer descubrimientos sorprendentes en su intento por encontrar la razón y el propósito de nuestra existencia y el de nuestro universo, aún así, no ha podido encontrar una o varias tesis comprobables y factibles, en cuanto a la pregunta más controversial y apasionante: ¿Porqué estamos aquí?

La ciencia, la religión y la filosofía han sido, durante bastante tiempo, las tres vertientes desde las cuales se ha intentado resolver ésta pregunta; teniendo en cuenta que entre las tres hay diferencias muy marcadas que las convierten en dicotomías bastante alejadas la una de la otra, aún así, ésta incesante discusión ha generado interesantes descubrimientos que van más allá de la simple búsqueda de una teoría acertada, ya veremos por qué. Por lo pronto es  indispensable  afirmar que todos los avances generados hasta el momento, se han quedado simplemente en teorías poco comprobables o significativas, meramente teorías, meramente hipótesis.    

La ciencia ha intentado desde tiempos remotos mostrarnos un panorama sobre los acontecimientos que antecedieron a lo que hoy conocemos como Universo y como Raza Humana. La teoría evolucionista, la teoría del Big-Bang, la teoría del diseño inteligente, la teoría expansionista y la Teoría de la panspermia, entre otras, han moldeado nuestra perspectiva del origen del universo y de la humanidad.

Aquí, es menester aclarar que en cuanto al origen del Ser humano la conclusión del estudio científico es que somos el resultado de un  largo  y perfecto proceso evolutivo (Establecido por Charles Darwin), que sucedió durante  un extenso y tardío período de tiempo. Siendo ésta, quizá, la única y más acertada teoría científica acerca de nuestro origen humano. Esta teoría se ha convertido en  la base de todos los campos de investigación desde el punto de vista científico, empeñado siempre en la búsqueda de evidencias físicas que demuestren de una manera válida la veracidad de ésta transcendente teoría.  En la actualidad son más  críticas que aplausos lo que recibe ésta teoría y su veracidad ha sido puesta en tela de juicio, lo cual demuestra que no hay verdad absoluta y menos en cuanto a un tema tan arduo como lo es el  origen de nuestra humanidad.

Entonces aunque tardemos cientos o millones de años tratando de encontrar nuestro origen como seres humanos, nunca hallaremos la verdad absoluta que responda nuestra pregunta. Así que, si nunca vamos a encontrar una respuesta significativa, ¿deberíamos cambiar de pregunta?

Sí. La pregunta debería ser otra, deberíamos cambiar ¿de dónde venimos? por ¿Para dónde vamos? Tiene  más sentido ésta última pregunta, pues  aunque el futuro no es visible ni predecible lo podemos cambiar y moldear a nuestro antojo, teniendo en cuenta el futuro como el resultado de  nuestras acciones presentes. De ésta manera, sería más productivo hacer una investigación científica sobre lo que nos espera, lo que viene y lo que podría suceder, basada en nuestras actitudes y acciones presentes.

Ahora bien,  en cuanto al origen del universo, no es muy diferente el panorama  pues aunque hay más teorías científicas, son sólo eso, teorías hipotéticas que conforme pasa el tiempo van perdiendo credibilidad y fuerza. Teorías como el Big-Bang  lo único que han logrado es generar más preguntas  y menos respuestas satisfactorias.

Es evidente que ésta búsqueda implacable de respuestas, en cuanto al origen del universo e incluso del hombre, ha creado un curioso pero maravilloso cuestionamiento acerca de nuestro futuro. Si el universo se está expandiendo, ¿Qué nos sucederá a nosotros? Si el universo es inteligente, ¿Cuál es nuestro rol, cuál es nuestro papel? ¿Será que el universo podrá decidir entonces sobre nuestro futuro?; en fin, una innumerable cantidad de preguntas sobre nuestro futuro, hacen que nuestras ansias de conocimiento se inquieten, permitiéndonos ver que aunque hace miles de millones de años hubo una explosión o el universo inteligente decidió empezar su propia creación, no afecta de sobremanera nuestra forma de vivir, de sentir o de pensar; simplemente nos permite tener un imaginario de cual pudo haber sido ese maravilloso proceso de origen,  simplemente imaginar cómo pudo haber sucedido ése magnifico paso de cambio, de transformación; sin que podamos nunca, tener certeza sobre qué sucedió exactamente..
      
Lo que nos permite concluir en una frase muy conocida, que lo realmente importante no es en dónde nacimos sino dónde morimos…y lo pasado, pisado pues lo que nos concierne como seres pensantes es seguir buscando respuestas, pero a una pregunta totalmente diferente: ¿para dónde vamos?. Simplemente tratar de ver más allá y analizar lo que puede suceder de ahora en adelante, lo que nos espera y la innumerable cantidad de respuestas acertadas, que pueden ser  comprobables con el paso del tiempo y nuestra propia experiencia.